Viaje de 3 semanas en camper: Explorando las Lofoten – Semana 2
Os traemos la segunda parte de este diario dividido en tres. Donde os contamos nuestra experiencia viajando desde nuestra casa, en Suiza, hasta las Islas Lofoten. En la primera semana os contamos las diferentes paradas que hicimos antes de llegar a Noruega y después, cruzando en ferry a este país. En esta segunda semana, ya vamos a estar explorando las Islas Lofoten.
- Día 8: Círculo Polar Ártico
- Día 9: Parque Nacional Rago
- Día 10: Andenes, Bleik y un Safari de Frailecillos y Águilas Pescadoras
- Día 11: Seguimos explorando las Lofoten: Svolvær
- Día 12: Ruta a Djevelporten y Floya y paseo por las playas Uttakleiv y Haukland
- Día 13: pueblo de Nusfjord y Ruta Flakstadtinden
- Día 14: Pueblo de Reine y ruta al Reinebringen
Día 8: Círculo Polar Ártico
El día amaneció algo incómodo. Rubén tenía la zona de la mordedura de la garrapata enrojecida y, sabiendo que estos parásitos no son ninguna tontería, decidimos acercarnos al hospital más cercano antes de seguir subiendo. La ciudad más grande cerca de la zona del glaciar Svartissen, que habíamos visitado, es Mo i Rana.
Ya que pasamos por esta experiencia, aprovechamos para contaros cómo fue, por si en algún momento necesitárais asistencia sanitaria en Noruega.
Asistencia médica en Noruega
Lo primero que nos sorprendió al entrar fue la presencia de unas máquinas, muy parecidas a las que hay en España, donde metes la tarjeta sanitaria y te dan un número para esperar tu turno. En este caso, también se utilizaban para pagar.
Nosotros preguntamos directamente en recepción y nos atendieron estupendamente. Prácticamente en todos lados, independientemente de la edad o formación de la persona, hablan inglés, lo cual facilita mucho cualquier trámite. La trabajadora nos indicó que debíamos ir a otro centro, que entendimos como el equivalente a un ambulatorio o centro de salud en España. Así que nos dirigimos allí.
Algo que nos pareció súper curioso al llegar fue ver unos carteles en las puertas que indicaban que había que descalzarse para poder entrar. Incluso en la sala de espera, antes de acceder a la zona de recepción y consultas.
Nos atendieron muy bien. Tomaron los datos de Rubén y lo pasaron a una de las consultas. Al final, para extraer la parte de la garrapata que se había quedado adherida, tuvieron que hacerle una pequeña incisión con bisturí y ponerle algo de anestesia local.
Al salir, tuvimos que pasar por una de esas máquinas, introducir la fecha de nacimiento y, como ya nos habían registrado al entrar, directamente nos salió una factura con el importe a pagar. En nuestro caso fueron 120 coronas noruegas (NOK), unos 12 euros aproximadamente.
Y aquí se acabó nuestra odisea con estos parásitos, aunque nos llevamos la paranoia con nosotros durante el resto del viaje. Eso nos evitó nuevas mordeduras, ya que estuvimos muy pendientes de revisarnos tanto a nosotros como a Bio. Importante tener esto en cuenta si salís al campo sobre todo en esta época del año.
Círculo Polar Ártico noruego
Una vez solucionado esto y con la camper lista (aguas grises y negras vaciadas y tanque de agua limpia repuesto), seguimos nuestro camino.
Ese día cruzamos el área del Círculo Polar Ártico en Noruega. No os contaré mucho sobre este lugar todavía porque lo planificamos para verlo mejor a la vuelta. Pero ya al cruzarlo nos maravillamos con lo diferente que era el terreno y la vegetación allí. Además, este paisaje no nos acompañó hacia el norte de Noruega, sino que desapareció al poco de seguir conduciendo, lo que lo hizo aún más especial.

Incluso pudimos ver un rebaño de renos pequeños a un lado de la carretera, entre los parches de nieve y hielo que aún quedaban. No pudimos fotografiarlos porque era un tramo donde no se podía parar. Y, aunque redujimos la velocidad, la lente que teníamos puesta en la cámara no era la adecuada para captarlos bien. Estas cosas siempre dan rabia, pero al menos nos quedamos con la experiencia de haberlos visto.
Llegada al siguiente camping
Después de pasar esta zona, seguimos conduciendo entre fiordos, montañas e interminables curvas hasta llegar a un camping en Sørfold. Era un lugar precioso. En él, viajeros de distintas partes del mundo descansaban en sus furgonetas o autocaravanas, rodeados de montañas, playa y bosque, junto con otras personas que vivían allí de forma permanente. Aprovechamos para arreglar algunas cosas que no funcionaban bien en la camper, ducharnos y poner una lavadora.
También fue el momento en el que Bio conoció la playa por primera vez, aunque no salió como esperábamos. Habíamos visto tantos vídeos de gatos disfrutando de la arena, como si fuera un arenero gigante, que teníamos muchas expectativas puestas en este primer contacto. Sin embargo, Bio simplemente se dio la vuelta y buscó una zona con césped donde poder seguir oliendo y mordisqueando hierba.
La localización de este camping, obviamente, no fue al azar. Al día siguiente nos esperaba una ruta en el Parque Nacional Rago.
Día 9: Parque Nacional Rago
Nos despertamos dispuestos a visitar una de las cataratas más impresionantes del viaje. Madrugamos, nos llevamos el desayuno en la mochila junto con algunos snacks y cogimos ropa de lluvia porque el cielo amenazaba con llover. Además, buscamos un lugar adecuado para dejar la camper con Bio dentro.
Primera parte de la ruta
Desde el inicio, la ruta ya prometía, no hacíamos más que subir. Hicimos algunas paradas para recuperar fuerzas y comer algo. Pero el verdadero problema vino cuando, como tantas veces en Noruega, la senda dejó de estar bien señalizada y se complicaba saber por dónde seguir.
Es cierto que muchos tramos están preparados con tablas de madera, sobre todo en las zonas encharcadas. Pero en nuestra opinión, faltaban señales en varios puntos. Fuimos en una época del año en la que aún quedaba nieve en las zonas más altas y el terreno estaba bastante húmedo, lo que complicó aún más la caminata. Creemos que en verano las condiciones de la ruta deben ser mucho mejores.

Segunda parte de la ruta
Llegamos hasta una zona en la que la nieve y el hielo se hacían más protagonistas. Una pareja de mochileros que venían de vuelta nos advirtieron de que no habían podido completar el último tramo hasta la cascada, ya que un gran parche de hielo bloqueaba el paso. Agradecimos el aviso e intentamos llegar al menos hasta ese punto para poder grabar y sacar algunas fotos con el dron. Cuando llegamos, intentamos cruzar esa placa de hielo, pero efectivamente no era posible.

Para añadir más frustración, al final del viaje, ya a la vuelta de las Islas Lofoten, Rubén tuvo un problema con el disco duro. Perdimos bastantes fotos, de esta ruta solo nos quedan las imágenes en baja resolución que el dron había guardado en el teléfono.
A pesar de la mala suerte que tuvimos, recomendamos hacer esta ruta, especialmente si viajáis por la zona en los meses de verano. Es una caminata dinámica, con paisajes variados y unas vistas finales que prometen mucho. Echad un vistazo a la entrada que ha hecho Rubén sobre la ruta para terminar de decidiros.
Ferry a las islas Lofoten

Por la tarde, conseguimos llegar hasta Bognes, en la región de Nord-Norge, y coger el ferry que por fin nos llevaría hasta las Islas Lofoten. Dormimos en un espacio libre cercano a un lago, con vistas espectaculares. Después de nueve días de viaje, por fin habíamos llegado a nuestro destino: las Islas Lofoten.

Día 10: Andenes, Bleik y un Safari de Frailecillos y Águilas Pescadoras

No nos podríamos creer que pasaríamos los próximos días explorando las Lofoten.
Para empezar, nos dirigimos al pueblo de Andenes, el punto más al norte que íbamos a estar en este viaje. Y probablemente en mucho tiempo. Para que os hagáis una idea, está casi tan al norte como el punto más septentrional de Alaska.


La verdad es que este pueblo fue una sorpresa muy grata. Es muy pequeño, pero tiene lo necesario para la gente que vive allí, y además estaba lleno de vida. Algo que, aún no sabíamos, pero íbamos a echar en falta en los pueblos de Lofoten, puesto que la mayoría se han quedado como pueblos turísticos y apenas vive nadie allí.



Justo ese día coincidió que estaban celebrando una maratón. Había mucha gente reunida en la plaza del pueblo dando comida y organizando juegos con los niños. Aprovechamos para entrar en la cafetería del pueblo, donde parecía estar reunida la otra mitad de vecinos que no estaban en la competición. Compramos algo de comida y probamos otro de esos típicos postres noruegos.
Vimos el famoso faro rojo de Andenes y paseamos por la zona del puerto. No podemos explicar con palabras lo bonito que es todo en esta región. Esperamos que entre lo que os contamos y lo que veis en las fotografías os podáis hacer una idea.
Después de visitar Andenes, nos fuimos a Bleik, donde teníamos una excursión en barco hasta una pequeña isla en Bleiksøya. Íbamos a ver frailecillos y águilas pescadoras. La excursión fue todo un acierto, disfrutamos y aprendimos mucho sobre estos animales. Totalmente recomendable, os dejo el link de la página oficial desde donde nosotros la reservamos para que podáis echarle un vistazo.



También visitamos el pueblo de Bleik, aunque no hay mucho más que un camping, una tienda pequeña que hace las veces de mercado, un bar y unas 10 o 15 casas. Eso si, el paseo por la playa es muy recomendable.




Día 11: Seguimos explorando las Lofoten: Svolvær

Este día, el clima nos recibió nuevamente con fuertes lluvias, lo que nos obligó a replanificar. No pudimos hacer la ruta que teníamos preparada, y, de hecho, aunque aún no lo sabíamos cuando nos levantamos, la excursión en kayak que teníamos reservada para ver el sol de medianoche fue cancelada debido al viento y la lluvia.
Por si no lo conocéis, el sol de medianoche es un fenómeno meteorológico que ocurre entre mayo y julio. El sol permanece durante todo el día por encima del horizonte. Si alguno de vosotros ha hecho esta excursión, nos encantaría que nos contáseis en los comentarios cómo fue vuestra experiencia.
Visita al municipio de Svolvaer
Como no podíamos hacer la ruta prevista, aprovechamos el día para visitar Svolvær, quizás uno de los municipios más grandes de la zona. En este lugar fue donde vimos por primera vez las típicas estructuras de madera donde se cuelga el bacalao para secarlo. Una técnica centenaria y muy común en estas regiones. De hecho, en casi todos los pueblos que visitamos vimos estas estructuras, lo que hace que el olor a pescado sea tan característico. También vimos las famosas casas rojas, tan icónicas en estos pueblos, que hoy en su mayoría se han reconvertido en alojamientos para turistas. Aunque anteriormente eran cabañas de pescadores. La historia cuenta que fue en el siglo XII cuando el rey Øystein Magnusson introdujo la construcción de estas cabañas, para que los pescadores desplazados de su lugar de residencia tuvieran un lugar donde dormir.






Después de recorrer la ciudad, nos dirigimos de nuevo a la camper en busca de un lugar donde dormir. Ya con la noticia de que no podríamos hacer la excursión en kayak. Aparcamos en una zona libre frente a una playa, sin darnos cuenta de que estábamos completamente expuestos al viento. Apenas pudimos dormir, ni nosotros ni Bio, porque la camper estuvo toda la noche moviéndose de un lado a otro a merced del viento.

Día 12: Ruta a Djevelporten y Floya y paseo por las playas Uttakleiv y Haukland

La noche que pasamos no nos quitó las ganas de la ruta que nos esperaba ese día: Djevelporten y Floya, también conocida como la Puerta del Diablo.
La ruta es alucinante. Podéis encontrar más información técnica sobre la misma en la entrada específica del blog.

Primera parte de la ruta
En nuestro caso, el día no nos acompañaba con el mejor tiempo posible, algo que ya veníamos anticipando desde el día anterior. Aun así, teníamos muchas ganas y la ruta prometía ser increíble. Como en todas las rutas en Noruega, se empieza con un desnivel importante, por lo que sin un entrenamiento previo, ya te enfrentas a una pendiente considerable. Tuvimos ratos de lluvia durante el recorrido, y también hubo momentos en los que las rachas de viento eran tan fuertes que casi costaba moverse, pero disfrutamos muchísimo de la aventura. Íbamos con cuidado porque había zonas donde el terreno era fangoso y las rocas resbalaban mucho. Sin embargo, el sendero está bien señalizado en las partes donde podría haber confusión, por lo que al menos no hay pérdida.


Nuestra primera parada fue la roca de Djevelporten o Puerta del Diablo. Una formación rocosa muy original que se encuentra por encima de un desfiladero, entre los picos de Frog y Floya. Es típico hacerse una foto justo encima de esa roca, pero debido a las condiciones tanto del terreno como climatológicas del día, nos recomendaron no subir.

Segunda parte de la ruta
Nuestro siguiente destino era el pico Floya. Sin embargo, en ese momento ni siquiera podíamos ver el pico, las nubes de color gris oscuro se habían comido por completo la cordillera de la montaña y empezaba a llover de nuevo.

Reconocemos que hubo un momento en el que nos planteamos si debíamos continuar hasta el pico o cancelar la ruta, una vez más. Pero ya estábamos allí, había algunos aventureros más haciendo la ruta y, además, nos habíamos quedado sin hacer varias excursiones por el clima. Así que paramos, nos comimos unas barritas energéticas y decidimos darle una oportunidad. Siempre podíamos dar la vuelta si el tiempo empeoraba.

Lo que no sabíamos era que el tiempo se pondría a nuestro favor, y cuando llegamos arriba, las nubes se despejaron. Fue brutalmente bonito. Es una pena que no tengamos todas las fotos de esta excursión debido al problema que ya os conté con uno de los discos duros. Pero conservamos algunas con las que podréis haceros una idea de lo impresionante que fue. Allí arriba comimos y, cuando parecía que el cielo iba a volver a encapotarse, comenzamos a bajar.

Esta ruta fue bastante exigente, y terminarla, a pesar de las condiciones del día, fue muy gratificante.
Paseo por las Playas Uttakleiv y Haukland
Por la tarde, nos acercamos a ver el atardecer en la playas Uttakleiv y Haukland.
Aparcamos en el parking que hay en frente de la playa Haukland e hicimos el paseo que une esta playa con la siguiente, Uttakleiv. Se tarda algo menos de 1 hora y el terreno es plano. Si no tenéis tiempo o no os apetece hacer esto, la alternativa es pasar el túnel con el coche y aparcar en el parking de la siguiente playa. Ambos parkings son de pago.
Si por el contrario tenéis ganas de algo más, en esta zona hay varias rutas muy bonitas. Nosotros nos decidimos por el paseo sencillo entre ambas playas porque veniamos de la ruta de Floya y estábamos cansados.
Sin lugar a dudas, fue uno de los atardeceres más especiales que hemos visto. Bio también pudo disfrutarlo. Nos quedamos allí hasta que la lluvia volvió a echarnos.


Día 13: pueblo de Nusfjord y Ruta Flakstadtinden

Terminamos el día anterior en una playa increíble y comenzamos este día con otra de las idílicas playas de las Lofoten: la playa Vikten. Durante esta parte del viaje, explorando las Lofoten, vimos bastantes playas, todas con su encanto y súper especiales. Os recomiendo leer la entrada sobre las mejores playas que ver en Lofoten para que os hagáis una idea.

Después nos dirigimos a uno de esos típicos pueblos pesqueros tan característicos de las islas Lofoten, con sus casitas rojas: Nusfjord.
Visita a Nusfjord
Desde el principio, la visita nos sorprendió. Resulta que no solo hay que pagar el parking (nosotros, por suerte, encontramos sitio justo antes de llegar al pueblo, a unos dos minutos andando, en una zona gratuita), sino que también hay que pagar por entrar al pueblo como turista. Unos 12 euros aproximadamente al cambio. Nos sorprendió bastante. Entendemos que, al final, hay mucho turismo en las Lofoten y es importante preservarlo, pero hay muchos otros pueblos con las mismas características y con mucho encanto, donde el acceso y el paseo son totalmente gratuitos. Decidir si merece la pena o no es complicado.

Está claro que el pueblo es precioso, tiene rincones muy bonitos y es muy curioso ver cómo todo está construido de madera. El contraste de los edificios amarillos y rojos junto con las montañas y el fiordo también es muy especial. El pueblo cuenta con una panadería, donde aprovechamos para comprar un bollo típico noruego y una hogaza de pan grande. También hay una cafetería muy cuca, decorada con estilo antiguo, una galería de arte y un restaurante que abre solo a la hora de comer. Nosotros nos lo tomamos como un pueblo-museo. Podéis leer más sobre el pueblo de Nusfjord para decidir si lo queréis incluir en vuestro viaje por las Islas Lofoten.




Por la tarde, aprovechamos para ver la playa de Ramberg y de Skagsanden, donde hicimos una ruta.
Ruta Flakstadtinden
Después de visitar Nusfjord, nos tocaba hacer una nueva ruta: subir al pico Flakstadtinden. Quizás no es una ruta tan famosa, pero nosotros la disfrutamos mucho, nos pareció una manera muy diferente y original de disfrutar de las vistas de las famosísimas playas Skagsanden y Rambergstranda. La ruta es corta y es básicamente una subida continua y bastante inclinada.
Como es habitual en las rutas por las Islas Lofoten, el recorrido no está marcado. Solo recomendamos hacer esta ruta en condiciones secas, ya que los últimos 20 minutos se pueden convertir en todo un desafío si el terreno está mojado.


Buscando un lugar donde dormir

Esa noche, y a pesar de haber ido en temporada baja, todos los lugares que habíamos mirado para dormir sin camping y de forma gratuita estaban ocupados. Improvisando, encontramos otra opción también muy común en este país: un terreno privado en la parte de atrás de una casa, donde los dueños cobran unos 10 euros por dejarte pasar la noche. Obviamente, no tiene acceso a ninguna instalación, pero al menos estuvimos solos. Era una zona muy tranquila, y Bio pudo disfrutar del aire libre sin miedo a coches o a perderse.
La idea, obviamente muy optimista por nuestra parte, era hacer esa noche, con el sol de medianoche, la ruta a la playa Kavalvika. Después de todo lo que habíamos hecho ese día, estábamos agotados, por lo que a mitad de camino decidimos darnos la vuelta. Dicen que una retirada a tiempo, es una victoria, no? pues eso pensamos nosotros ;). Aun así disfrutamos de unas vistas impresionantes y pudimos sacar fotos muy bonitas.

Día 14: Pueblo de Reine y ruta al Reinebringen


A la mañana siguiente, después de una noche de merecido descanso, nos dirigimos hacia Reine, uno de los pueblos más fotografiados del archipiélago de las Lofoten. De hecho, si estás explorando las Lofoten, no puedes dejarte este imprescindible. Al ver Reine, te puedes hacer una idea bastante clara de lo que es esta zona de Noruega. Lo tiene todo: las casas rojas sobre construcciones de madera a orillas del fiordo, montañas impresionantes al fondo y rutas alucinantes desde las que se puede disfrutar aún más de la belleza de estos paisajes. De hecho, el plan que teníamos ese día era hacer la ruta Reinebringen. Sin duda, es la ruta más popular de estas islas.


Ruta a reinebringen
Es una ruta que desde el inicio te avisa de lo que te espera: 1978 escalones. Pero merece la pena cada uno de esos escalones que subimos. Las vistas son absolutamente increíbles. Solo el último tramo es sin escalones. Este tramo también fue todo un desafío, porque hizo mucho viento y notabas cómo te desequilibrabas con cada paso que dabas. Aún así, arriba, protegidos por unas rocas, pudimos disfrutar de una comida con las mejores vistas que se pueden imaginar.



Por la tarde, aprovechamos para ver un poco más el pueblo de Reine y descansar en la camper con un buen chocolate caliente.
Y así acaba la segunda semana del viaje explorando las Lofoten. Nos quedan aún destinos muy importantes que contaros en la siguiente y última parte del diario de viajes.
Te dejamos por aquí también los otros capítulos de nuestro diario de viajes a las impresionantes Islas Lofoten.
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- Diario de viaje a las Islas Lofoten. Semana 1: cruzando Noruega
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- Diario de viaje a las Islas Lofoten. Semana 3: cerrando el viaje
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Os esperamos en la tercera parte del viaje. Y, como siempre, ¡nos vemos viajando!